Epitafios en lápidas

Según la R.A.E. Epitafio (Del latín epitaphĭus, y este del griego ἐπιτάφιος, sepulcral).

Inscripción que se pone, o se supone puesta, sobre un sepulcro o en la lápida o lámina colocada junto al enterramiento.

Antiguamente los epitafios eran unos versos dedicados al difunto que se pronunciaban en los enterramientos y se repetían en esas fechas para recordar al difunto, al parecer esta costumbre derivo hacia el uso que ahora hacemos. Actualmente el epitafio es un texto que pretende honrar al difunto, inscrito en una lapida o tumba.

Epitafio del latín epitaphius esta compuesto de dos voces griegas epi, sobre, y taphos, tumba, es decir inscripción puesta sobre una tumba o inscripción sepulcral.

Algunas personas componen su propio epitafio, que confían algún ser querido, tradicionalmente escrito en verso aunque también hay excepciones.

Los epitafios en lapidas son cortos, por varias razones, lo primero es que lo bueno su breve dos veces bueno. Otra es que los romanos acustumbraban a los enterramientos cerca de los caminos, y el epitafio debía ser leído sin detener el paso.

En los epitafios en lapidas de los romanos se solía leer la fórmula:
S. T. T. L. Sit tibi terra levis: Séate la tierra ligera.
las cuales epitafios lapidas han sido sustituidos por el cristianismo con las:
R. I. P. Requiescat in pace: Que descanse en paz.

epitafio-lapida-romana

Se considera que un epitafio bueno es uno que es memorable, o por lo menos hace uno pensar. Es aquí donde la creatividad de los hombres no tiene fin.

En la actualidad los epitafios para lapidas tal vez son menos usados lo que no suele faltar es el nombre y apellidos, la fecha de nacimiento o los años y fecha de muerte.

Muchos epitafios para lapidas son verdaderos poemas o escritos con algún refinamiento literario, por lo que incluso se considera un subgénero de la lírica.

EPITAFIOS ANTIGUOS

Viminacio, Moesia superior, siglos II-III d. C.: “Cuando aún vivía Apolonio se hizo este sepulcro, conociendo el carácter olvidadizo de los herederos.”

Ceos, siglos IV-V d. C.: “No es lícito que me saques fuera de mi morada.”

Escitópolis, Palestina, siglos II-III d. C.: “Adiós, vosotros que vais por el camino. Aquí yazco yo, Sosibio. «Adiós, Sosibio», repetid.”

Roma, siglo II d. C.: “Yo, la tumba, me jacto de tener en mi regazo a la prudente Severa.”

Cícico, Misia, fecha desconocida: “Si alguien que no sea yo, Unión, deposita aquí a otro, pagará al fisco dos mil quinientos [denarios].”

Pireo, ca. 360 a. C.: “Lo que no es frecuente en una mujer, ser excelente a la vez que sensata, eso lo alcanzó Glícera.”

Cirene, siglos II-III d. C.: “No era y llegué a ser. No soy y no me importa.”

Pireo, siglos II-III d. C.: “Extremadamente veloz es la venganza de los muertos.”

Mitilene, siglos I-II d. C. (?): “Bajo el campo de Lesbos enterró Balbo a su perra, su servidora y compañera de viajes por el inmenso mar, y rogó que la tierra fuera liviana para la perrita que bajo ella yace. La misma gracia que otorgas a los hombres, concédesela también a los animales.”

Astipalea, siglo I a. C.: “No me traigáis de beber a este lugar: ya bebí cuando vivía. Ni de comer. Me basta con lo que tengo ahora. Todo eso es inútil. En memoria mía, y por la vida que pasé a vuestro lado, traedme azafrán.”

EPITAFIOS FAMOSOS

Perdonen que no me levante. Grouxo Marx

Al morir echénme a los lobos. Ya estoy acostumbrado. Diógenes

Espero que Cristo cumpla su palabra. Miguel Delibes.

RIP, RIP, ¡HURRA! de Groucho Marx, para su suegra

“Eso es todo, amigos”. Mel Blanc, doblador original de Bugs Bunny

Si no viví más, fue por que no me dio tiempo. Marqués de Sade

Si queréis los mayores elogios, moríos. Enrique Jardiel Poncela

Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo. Miguel de Unamuno

Ya decía yo que ese médico no valía mucho. Epitafio de: Miguel Mihura, escritor de comedias

The End. Buster Keaton

Aquí yace Molière el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien. Molière