Hay personas, más o menos cercanas, que pasan por nuestras vidas de puntillas, sin apenas dejar rastro. Otras, sin embargo, se esfuerzan por dejar huella. Marisa, sin duda, es de quienes pisan fuerte, de quienes calan hondo, hasta los huesos.
Quienes hayáis compartido con ella algún momento, por pequeño que sea, sabéis que es cierto, que es la mujer de sonrisa eterna, cariñosa hasta el extremo, tranquila, afable, luchadora… Marisa es, ha sido y será madre, esposa, hermana, amiga… porque, aunque físicamente ya no éste, su huella y su corazón son tan grandes que han inundado a todos los que la rodeábamos, a su hijo Rubén, a su compañero en el camino Amador, a su madre Pilar, a sus hermanos, amigos y a ti, seguro, aunque la conozcas ahora…
Ella es vida como esta poesía de la Madre Teresa de Calcuta:
La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es bienaventuraza, saboréala.
La vida es sueño, hazlo realidad.
La vida es un desafío, enfréntalo.
La vida es un deber, cúmplelo
La vida es un juego, juégalo.
La vida es un tesoro, cuídalo
La vida es una riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózalo.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es una promesa, realízala.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una lucha, acéptala.
La vida es una aventura, arriésgate.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es vida, defiéndela.
LA SEÑORA D.ª MARÍA LUISA GONZÁLEZ GARCÍA «MARISA»
Falleció en Torrelavega, el día 15 de mayo de 2014, a los 55 años de edad, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica.
Su esposo: Amador Crespo Rodríguez; hijo: Rubén; madre: Pilar García (vda. de Roberto González); hermanos: Roberto, Mari Pili, Lorena y Carlos; hermanos políticos: Guille Abad, Fernando García y Carmen Molinos; Ismael y Ana, M.ª Luz Crespo; sobrinos, tíos, primos y demás familia,
Ruegan una oración por su alma.
“SIEMPRE ESTARAS CON NOSOTROS MUJER DE SONRISA ETERNA”